La Mutilación Genital Femenina (MGF)

Artículo informativo por la compañera Marina Budría Belenes, Secretaria de Igualdad y Derechos Civiles de la JSC Barcelona.

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Breve introducción sobre la Mutilación Genital Femenina:

La mutilación genital femenina puede sonarnos a una realidad lejana. Una atrocidad que se practica en mujeres de algunas regiones de África por cuestiones culturales e ideológicas. Ahora bien, no se trata en absoluto de una realidad tan lejana ni de tan solo determinadas poblaciones africanas. Actualmente en Cataluña residen más de 21.000 mujeres que podrían ser víctimas de estas mutilaciones, de las cuales 6.000 son niñas. Por eso y por razones humanitarias es necesario que nos acerquemos a esta realidad.

Los diferentes tipos de mutilación:

La mutilación genital femenina se clasifica en tres tipos:

Tipo I: Clitoridectomía. Es la resección parcial o total del clítoris y, en casos muy infrecuentes, solo del pliegue de la piel que lo rodea.

Tipo II: Escisión. Consiste en la resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores

Tipo III: Infibulación. Es el estrechamiento de la abertura vaginal, que se sella procediendo a cortar y recolocar los labios menores o mayores, a veces cosiéndolos, con o sin resección del clítoris (clitoridectomía, tipo I).

Tipo IV: Otros. Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.
Efectos:

Como toda mutilación la MGF tiene sus consecuencias, como por ejemplo: grandes dolores intensos, hemorragias, inflamación de los tejidos genitales, infecciones como el tétanos, problemas urinarios, estado de choque y hasta la muerte. Además de otros inconvenientes que pueden aparecer con el tiempo que van desde infecciones urinarias, problemas vaginales, menstruaciones más dolorosas, problemas sexuales, complicaciones en el parto a consecuencias psicológicas graves.

La cultura del machismo:

Los motivos por los que se realiza la MGF responden a factores socioculturales. Y aunque difiera el tipo de práctica de una época a otra, o incluso, de una región a otra, todas ellas están vinculadas a las familias o las comunidades que las tienen como norma social. De modo que si no las mutilan son rechazadas socialmente. Pero ¿cuáles son los motivos que se aducen para llevar a cabo estas mutilaciones?

Principalmente, para “preparar a las niñas para la edad adulta”. Esta preparación se ve estrechamente relacionada con que éstas cumplan con una conducta sexual “aceptable”. Es decir, llegar vírgenes al matrimonio y asegurar su fidelidad una vez contraído. Así pues, una vez más la idealización de la castidad, de la “pureza”, vuelve a atentar contra las mujeres. En este caso, en una de sus peores versiones: haciéndoles que sientan pánico y dolor ante la sola idea de tener sexo.

Población afectada:

Está claro que la MGF es una cuestión de género. Pero también es una cuestión de violencia hacia menores. Estas escabrosas prácticas se llevan a cabo en la mayoría de casos en la infancia. De hecho, últimamente son mucho más comunes en el periodo de lactancia con tal de evitar su detección en hospitales o por las autoridades de aquellos países en los que ya se ha prohibido. Pocos son los casos en los que se realiza en la adolescencia y menos aun en la edad adulta. Se calcula que cada año más de 3 millones de niñas corren el riesgo de sufrir MGF.

En la actualidad más de 200 millones de mujeres y niñas han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra esta práctica.
Estas prácticas son más frecuentes en las regiones occidental, oriental y nororiental de África, en algunos países de Oriente Medio y Asia y entre migrantes, hecho que lo convierte en un problema de talla mundial.

Regulación actual:

En España se estableció como delito la MGF modificando de esta manera el Código Penal que desde entonces la condena en su artículo 149.2 con pena de 6 a 12 años. Dos años más tarde, al modificarse la Ley Orgánica del Poder Judicial, se pasó a poder actuar extraterritorialmente. Es decir, en los casos en que las familias salen de España para someter a las niñas a la mutilación genital, si al volver España se comprobaba que efectivamente así había sido, los responsables podrán ser juzgados como si se hubiera practicado en territorio español.

Desde una perspectiva más global también se han dado grandes pasos para la erradicación de la MGF:

La Unión Africana decretó la prohibición de la mutilación genital femenina en 2016.
En Sierra Leona, uno de los países donde más se practicaba la MGF (9 de cada 10 mujeres según datos de Naciones Unidas), la ha prohibido con carácter inmediato hará aproximadamente un mes. Esta decisión se tomó inmediatamente después de que muriera una niña somalí de 10 años al ser mutilada.

La legislación norteamericana la prohíbe completamente.

En Latinoamérica, concretamente en Colombia que es donde se han detectado casos, también se condena a todo aquel que lleve a cabo una mutilación.
Sin embargo, en Asia todavía no se ha avanzado nada en relación a la violación de los derechos humanos en esta cuestión.

Una realidad cercana:

Según el mapa de la mutilación genital femenina en España del 2016 de la Fundación Wassu-UAB, en Cataluña residen más de 21.000 mujeres con origen de países donde se practica la MGF como Senegal, Gambia, Nigeria, Guinea y Ghana. Entre ellas se encuentran 6.000 niñas de entre 0 y 14 años.

De hecho, Cataluña es la región española con mayor presencia de este colectivo, del cual la mitad se encuentran empadronadas en Barcelona. Todo ello no quiere decir que hayan sido mutiladas, pero sí que son posibles futuras víctimas que tenemos mucho más cerca de lo que nos pensamos.

Desde 2002 en Cataluña existe el protocolo catalán para detectar y evitar la MGF con el objetivo último de detectar situaciones de riesgo. Funciona a partir de 73 mesas locales en las que se reúnen médicos, profesores, policías y trabajadores sociales, entre otros. En el 2015 se creó el circuito para la reconstrucción del clítoris para las residentes en Cataluña que han sufrido una mutilación. Desde entonces, se han hecho 10 intervenciones quirúrgicas y se han atendido 26 consultas. No obstante, pese a su óptimo funcionamiento punitivo-coercitivo, la Generalitat ha recibido duras críticas por no invertir en la formación de los profesionales sanitarios en este ámbito tratándose de una realidad latente en Cataluña.

Es violencia:
Como hemos visto la MGF constituye una violación los derechos fundamentales mujeres y las menores. Son derechos como el de ser libre frente a cualquier tipo de discriminación, el derecho a la salud, a la vida o a la integridad física los que se encuentran en juego. Estas mutilaciones a las que se ven sometidas las mujeres por el mero hecho de serlo, vuelven a destacar la discriminación por razón género que nos rodea.
Objetivo 2030:

Desde UNICEF, OMS, ONU y otras organizaciones concienciadas con la MGF se ha fijado el objetivo 2030. Éste consiste en poner fin a estas prácticas que suponen una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas que lo sufren mediante la concienciación mundial de la MGF.

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